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Tijuana Parte 1 | Dr. Ann Colbert

“Vida como médico global con una inclinación por la salud pública”


By: Ann Colbert

Tijuana Parte 1

Julio 9, 2019

Trabajando en una Clínica de Refugiados en la frontera


Son raros los momentos cuando observamos algo muy profundo, y queremos encontrar tiempo y un lugar seguro para escribir acerca de ésto. Yo estaba asombrada de encontrarme en tal momento.


Estoy trabajando con La Alianza de Salud Para refugiados tan solo al otro lado de la frontera de México-Estados Unidos, en Tijuana. El grupo provee atención médica a la innumerable cantidad de gente detenida en la frontera. Lea más acerca de este grupo en su página web y vea cómo puede colaborar:

https://refugeehealthallliance.org/


Más importante, presione al presidente de Estados Unidos dejándole saber que nosotros no vamos a tolerar las políticas de inmigración de éste momento ni las injusticias que han sido administradas aquí. Cualquier forma de presión que usted utilice, cartas, reuniones, llamadas, montar en motocicletas en frente de la Casa Blanca. Personalmente, pienso que se necesitan todas las personas para protestar físicamente la pared, y permanecer allí hasta que ocurra un cambio. Hagan una pared humana.


Los siguientes episodios reflejan una separación entre observaciones y consideraciones / nuevo conocimiento. El momento raro que tengo. Usando el tejido croché para tener mayor claridad.


Cada Sábado por las últimas 40 semanas, el grupo la Alianza de Salud para refugiados RHA utiliza tres maletas rodantes en tres refugios de inmigrantes en la mañana y otras tres instalaciones más en la tarde, para “atender” a la gente…Bolsas llenas de medicinas donadas y compradas, tensiómetros, cosas de primeros auxilios y otras cosas. Una farmacia rodante. En Belize, tomamos Toyota Land Rovers para ir a las clínicas móviles. Aquí hay equipos de 4-8 voluntarios caminando o cogiendo Ubers. Algunos refugios está bajo llave y con guardias para la protección de los refugiados, otros son más accesible. Algunos son cocinas en donde dan comidas a los deportados sin dónde dormir. El Segundo Sábado yo estuve ahí, fuimos a Little Haiti, arriba en las lomas afuera de la ciudad.


En cada lugar, vemos de 10 a 40 pacientes de diferentes edades y enfermedades. El primer refugio tenía una epidemia de varicela. Niños que estaban bien decaídos, como la varicela los pone, la mayoría pintados de rosado con la loción de Calamina. Ese refugio consistía de carpas alineadas dentro del edificio. Cada carpa con su cúpula provee cierta privacidad para los miembros de la familia, algunas veces cuatro o seis, dependiendo del tamaño de la carpa Coleman or Kelly. No North Face aquí, o las otras que parecen como paraguas. Yo acostumbro a hacer visitas en casas pero estando aquí empecé con visitas en carpas. Cuando las mujeres necesitaban examen abdominal, el único espacio para estar acostadas era su carpa. Otros miembros de la familia dormían o se reclinaban esparcidos sobre todas sus pertenencias. Algunos de ellos permanecen por meses en éstos cuartos. Una madre decía que su cita en la corte era en Noviembre. Yo veo gente caminando con carpas colgando sobre su hombre en las áreas turísticas pero ahora no asumo que van de campamento.


Voluntarios regulares me contaron que un día que ellos venían a un refugio, un hombre estaba tirado en el piso con su cabeza rota y abierta. Nadie estaba cerca de él. Un doctor lo tuvo que coser. Una niña que yo ví, había sido violada en el camino al Norte, y trató de suicidarse dos semanas más tarde. Ella tenia solo 16 años y su mamá renunció a su indispensable trabajo para acompañarla las 24 horas del día para que élla no tratara otra vez.


{ “Permanecer en México” también conocido como Protocolos de Protección para el Migrante o como dicen los trabajadores ayudantes Protocolos de Persecución del Migrante. MPP significa migrantes solicitando asilo en los puertos de entrada a Estados Unidos, y son devueltos a las ciudades fronterizas de México. Allá, ellos deben esperar su cita en la corte, la cual es programada en meses y millas bien lejos como en San Diego u otras ciudades. Abandonados en México, ellos no tienen acceso a un abogado Americano que los pudiera representar, no hay manera para conocerse antes de la cita en la corte. Una vez en corte, no les garantizan servicios de traducción. Languidecen. Esperan. Con bolsillos o espírito vacíos, y sin salud. Un viejo y sabio refugiado de Camerún me contó que la gente desesperada recurre a medidas que ellos no considerarían si no fuera por las circunstancias. El se refería a actividades ilegales. Pero al día siguiente me alentó enormemente escuchar una pequeña protesta en la frontera, de éstos camerunés demandando un tratamiento justo. }

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